La prestigiosa revista Nature Climate Change acaba de publicar un informe sobre el papel del sector usos de la tierra en la mitigación del cambio climático y cómo se debería implementar de forma global para evitar el aumento de la temperatura global. Este estudio indica cuáles pueden ser las acciones críticas sobre los bosques, la agricultura y los sistemas alimenticios.

En concreto, el estudio es pionero en ofrecer una identificación de acciones específicas para reducir las emisiones del uso de la tierra en un 50% por década, en un horizonte temporal 2020-2050, con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5ºC. Además, contribuye a la investigación del papel del uso de la tierra sobre viabilidad de la adaptación al cambio climático y el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible

María José Sanz, directora científica de Basque Centre for Climate Change (BC3), Profesora Ikerbasque y parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), es co-autora de este estudio, liderado por investigadores e investigadoras de la Universidad de Virginia (EEUU) e IIASA. El estudio realizado por un equipo internacional ha examinado diferentes modelos climáticos y evaluado 24 prácticas de gestión de la tierra que ofrecen el mayor potencial de mitigación, junto a otros beneficios sociales y ambientales asociados.

El estudio identifica diferentes acciones prioritarias que los países podrían tomar para reducir a cero las emisiones del sector terrestre en 2040, limitando el aumento de las temperaturas globales por encima de los 1.5ºC.

En concreto, el informe afirma que, si los países implementaran estas acciones, el sector de la tierra podría conseguir la neutralidad en carbono en el año 2040 y convertirse en un sumidero neto de carbono para el año 2050.

En este momento, el sector de la tierra emite alrededor de 25% de las emisiones globales. Estas nuevas acciones podrían potencialmente mitigar 15 GtCO2e por año, aproximadamente el 50% de la reducción de emisiones y el 50% de la absorción de carbono adicional por tierra.

María J. Sanz enfatiza que “con este informe los autores no quieren mandar el mensaje de que este sector puede sustituir esfuerzos necesarios en otros sectores como el de la energía, entre otras razones, porque este potencial puede verse reducido por factores que el estudio no ha podido contemplar, como la vulnerabilidad al cambio climático de los ecosistemas terrestres”.

BIO María José Sanz

La Prof. Sanz destaca por su dilatada carrera, con más de 25 años de experiencia, en el ámbito de la ciencia, en concreto, en materias de investigación como el ciclo del carbono y nitrógeno, los impactos de la calidad del aire en ecosistemas terrestres, e inventarios de gases de efecto invernadero. Asimismo, cabe destacar, durante las dos últimas décadas, su contribución en el ámbito de las negociaciones multilaterales sobre cambio climático, como negociadora por la Unión Europea en la delegación española, Oficial Senior del Secretariado de la Convención Marco de Cambio Climático, y coordinadora del Programa UNREDD por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO). Desde 2001 ha contribuido en informes del IPCC como autora y editora en varias ocasiones. Además, de su contribución en la publicación de numerosos artículos en revistas científicas de reconocido prestigio. Desde el año 2016 asume la dirección científica del BC3, centro de investigación de excelencia María de Maeztu, conectado a las principales instituciones, redes científicas y agentes socioeconómicos a nivel internacional.