El desarrollo de renovables que ha sido necesario para el cumplimiento del objetivo de que en el 2020 el 20% de la energía total consumida provenga de fuentes renovables, se financia fundamentalmente a través de recargos en los precios de electricidad, haciendo recaer sobre los consumidores de electricidad una parte importante del esfuerzo en materia de objetivos de renovables.

Diversos agentes económicos y sociales han recomendado explorar vías alternativas de financiación de las renovables con el objetivo de favorecer la competitividad de las industrias, fomentar los objetivos de descarbonización y eficiencia 2030 a través de la electrificación y reducir el precio de la electricidad para lo hogares. El Informe de Expertos (IE 2018) también recomendaba avanzar en esa dirección.

El análisis realizado en este estudio muestra que es posible buscar vías alternativas de financiación que no tengan efectos negativos sobre la economía, que incluso puedan favorecer el crecimiento económico y que envíen las señales adecuadas a los clientes sobre el daño ambiental del consumo de cada energía.

Entre los escenarios analizados se encuentra el traspaso de los costes regulados asociados a la retribución de las energías renovables (incluidos en la tarifa eléctrica) a los Presupuestos Generales del Estado, lo que permitiría una reducción del recibo de la luz en la proporción correspondiente (beneficiando a consumidores residenciales y empresas y favoreciendo la descarbonización de la economía) y que tendría un efecto distributivo progresivo. Del mismo modo, se exploran otros escenarios, como la financiación mediante un impuesto al CO2 que, aunque tendría un efecto menos progresivos, aceleraría más la descarbonización de la economía. El estudio permite identificar la ventajas e inconvenientes de las alternativas.