“La biodiversidad es como un gran tapiz que estamos agujereando”


Fuente de la publicación El Ágora

Unai Pascual, único español miembro del Comité de Evaluación de Ia Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), cree que es necesario superar los indicadores económicos clásicos para que tengan en cuenta el valor de la naturaleza

 

Aunque la pandemia de coronavirus está dejando profundas cicatrices en nuestro tejido económico y social, al menos parece haber ayudado a poner el foco sobre la actual crisis de biodiversidad. Miles de ciudadanos han aprendido de la noche a la mañana lo que es la zoonosis y por qué hay una vinculación directa entre la destrucción de ecosistemas, la pérdida de biodiversidad y la aparición de nuevas enfermedades infecciosas. Sin embargo, aún estamos lejos de darnos cuenta de la magnitud del problema que puede suponer esta pérdida para la propia supervivencia humana.

 

Unai Pascual, doctor en Economía y Política Ambiental y profesor en el Basque Centre for Climate Change (BC3), considera que aún estamos “muy muy verdes” en materia de biodiversidad. Y este científico alavés, uno de los más citados del mundo en 2019, no se refiere al color con el que se suelen asociar las políticas ambientales, sino a que, a nivel global, debemos ser capaces de integrar el cuidado de los ecosistemas en nuestras actividades económicas. 

Conversamos con el único español miembro del Comité de Evaluación de Ia Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).

PREGUNTA. ¿Por qué se habla tanto actualmente de crisis de biodiversidad?

RESPUESTA. La evidencia científica que se ha ido acumulando durante las últimas décadas es tan abrumadora, el nivel de aceleración de la pérdida de biodiversidad es tan enorme, tanto a nivel de especies, como de ecosistemas como genético, que no podemos hablar de otra cosa. No es nuevo, pero al igual que con el cambio climático, esto empieza a tener tracción en organismos internacionales, lo que percola en el nivel nacional y acaba por llegar a la ciudadanía.

Esto provoca un despertar de la política, una confluencia de tres niveles (internacional, nacional y social) que empiezan a converger y hay más diálogo entre la ciencia y la toma de decisiones por medio de los sistemas de comunicación de las sociedades. Estamos en ese momento de darnos cuenta y de comunicarlo, de ahí el interés. Pero el problema, repito, no es nuevo.

P. ¿Por qué es tan importante detener esta destrucción de la naturaleza?

R. La biodiversidad es como un gran tapiz, es muy complejo, tiene miles y miles de hilos, con diferentes nudos y colores distintos. Todo está muy bien imbricado y relacionado, no está ahí por accidente: la propia naturaleza se ha ido diseñando a sí misma hasta producir ese tapiz increíblemente complejo. Cuando empezamos a perder esa biodiversidad se caen algunos de esos pequeños hilos y se van haciendo agujeritos, pero como seguimos viendo el tapiz, no nos preocupamos. Hasta que llega un momento que hemos perdido tantos hilos que los nudos se empiezan a deshacer y el tapiz entero acaba perdiendo su rol.

P. ¿Ha ayudado la pandemia de coronavirus a que la ciudadanía y los líderes políticos tomen conciencia de la importancia de esta crisis?

R. Bueno, me gustaría que así fuese, que hubiera habido una verdadera toma de conciencia, pero tampoco lo tengo muy claro. La ciencia lleva alertando de los peligros para la salud y la generación de enfermedades que supone la destrucción de ecosistemas desde hace décadas, por lo que ahora es el momento de recalcarlo, ya que ya sabíamos que este tipo de pandemias vienen de la degradación de la naturaleza y la pérdida de la biodiversidad. El coronavirus no es más que un indicador, un reflejo de lo que estamos haciendo a la naturaleza, pero es ahora cuando sentimos este impacto.

En ese sentido, la pandemia es una ventana de oportunidad para hacer ver que esto es un problema que hemos generado nosotros mismos y que no se va a resolver si no actuamos. Es por tanto también una oportunidad para que por lo menos nos demos cuenta de que esto no es un accidente, de que la pérdida de biodiversidad y la salud humana están muy relacionadas, porque esto no había llegado ni a la política ni a pie de calle.

Me gustaría pensar que esto puede servir para capitalizar un cambio, pero ya sabemos de otras crisis que cuando las aguas vuelven a su cauce, volveremos a hacer las cosas como siempre.

“La pandemia es una ventana de oportunidad para hacer ver que esto es un problema que hemos generado nosotros mismos y que no se va a resolver si no actuamos”

P. ¿Qué es el capital natural? ¿Es posible calcular y asignar un valor a la naturaleza?

R. Es un debate muy interesante. Primero tenemos que reconocer el hecho de que la naturaleza tiene múltiples valores, es algo que todo el mundo entiende, pero tenemos que ver cómo podemos expresar esos valores. Por supuesto, hay maneras de expresarlo económicamente, porque los recursos naturales tienen un valor muy claro que muchas veces no es reconocido por los mercados y los sistemas económicos y ese es precisamente uno de los grandes reto: estimar valores económicos para activos naturales y recursos que nos ayuden a entender el valor de la biodiversidad desde el punto de vista de la salud o desde el punto de vista productivo para las empresas.

Eso sí, el que se pueda estimar un valor económico no significa que vamos a capturarlo o poner un precio a la naturaleza. Se puede utilizar como un punto de información, calculando el valor de los activos productivos al mismo tiempo que se tiene en cuenta el valor de los activos naturales y se hace un balance entre ambos. De esta manera, se podría ver todo el valor económico que estamos perdiendo con la destrucción de la biodiversidad.

Técnicamente, cumplirían un papel que en economía llamamos de “precio sombra”, que son aquellos valores que, aunque no exista un mercado en el que haya transacciones sistemáticas, sabemos que tienen un valor económico y por lo tanto se pueden utilizar estadísticamente para tomar mejores decisiones.

También es importante señalar que hay expresiones de valor muy diferentes que van mucho más allá de lo económico, como los valores sociales, culturales o incluso de salud, sin contar con el valor científico o artístico. Esto significa que el valor se puede expresar de múltiples maneras, y ninguna expresión de valor debería tapar o obstaculizar otros tipos de valores, como pasa con la variable económica.

P. Muchas empresas han empezado a meter riesgos climáticos en sus cuentas, ¿pero cómo está el tema de la protección de la biodiversidad? ¿Qué se les exige y qué se les debería exigir?

R. En cuestión de biodiversidad todavía estamos muy muy verdes, es un momento incipiente. La biodiversidad es mucho más compleja que el cambio climático, porque conocemos las causas del cambio climático, los gases de efecto invernadero, por lo que podemos saber científicamente las soluciones. Es algo por tanto bastante lineal y fácil de entender a través de herramientas como la huella de carbono, pero la biodiversidad no se puede reducir a un indicador.

La biodiversidad es todo y no podemos reducirla. Lo que sí es posible es, si se hacen planes concretos en cada sector, es que cada empresa sea consciente del impacto ambiental que genera en su cadena de valor, algo que se pueda identificar perfectamente si se cuenta con los medios adecuados. En este sentido, cuando los impactos ambientales tienen que ver con la degradación de hábitats, pues ahí sí que se puede hacer una contabilidad de impactos e identificar cuales son aquellos que puedan tener que ver con consecuencias concretas sobre la naturaleza.

La pregunta del millón es si esto hay que hacerlo de manera voluntaria o debe haber una reglamentación para que esto sea exigible y que los consumidores sepamos cuales son esos precios sombra que se van generando en la cadena de valor. Por ahora, parece que hay mucha reticencia por parte del sector privado de tener que hacer esto por ellos mismos, por lo que solo son las empresas que quieren tener un prestigio en el campo de la sostenibilidad las que tienen un incentivo de dar esa información. Faltan indicadores y voluntad, por lo que una mayor reglamentación podría ser deseable.

P. España suele ser descrita como la mayor reserva de biodiversidad de Europa, ¿cuál es su situación actual, como está la conservación de la biodiversidad?

R. No soy biólogo, pero considero que las regulaciones siempre son cortas, siempre hay que hacer mucho más. Toda la península ibérica, porque la biodiversidad no entiende de fronteras, es una de las zonas más importantes de Europa en cuanto a diversidad de ecosistemas, pero a nivel regulatorio y político estamos muy rezagados, no se le ha dado la suficiente importancia.

Todos los informes indican que hay mucha biodiversidad que está amenazada, pero esto es grave a nivel mundial, como no podía ser de otra manera porque esto no es un problema de solo un país. Tenemos que avanzar mucho en imponernos a nosotros mismos objetivos ambiciosos de paralización de esa pérdida de biodiversidad. Mejorar y restaurar los ecosistemas degradados, que hay muchísimos. Pero no solo a nivel de diseñar leyes sino que también se cumplan, pero esto es una tarea que está a nivel europeo.

Hay muchos objetivos pero eso se tiene que trasladar al día a día y la biodiversidad debe ser un elemento transversal de todas las políticas y niveles administrativos. Hemos tenido un problema mental que es que la naturaleza es un objetivo que hay que cuidar y luego otros objetivos son la economía, el empleo… Hemos compartimentalizado todo para el tema de la gobernanza y hemos situado el medio ambiente como algo también aparte, cuando debería ser un elemento completamente transversal a todas las políticas y leyes, todo debería estar dirigido a tener un medio ambiente sano para nuestro propio

“La transición energética es necesaria, pero es solo uno de los vértices de un cubo mucho más complejo”

Eso es algo que no ha calado, aunque ahora desde el clima se está moviendo un poquito más, pero en la biodiversidad estamos muy rezagados.

P. ¿Cómo calificaría la reacción “ambiental” a la pandemia? ¿Estamos en el camino de una reconstrucción verde?

R. A mi no me gusta la palabra “verde”, prefiero hablar de reconstrucción ecológica. Ahora mismo estamos hablando de simplemente atajar el problema del cambio climático promoviendo una electrificación de la movilidad o el sistema productivo, que es donde está ahora casi todo el énfasis. Esto es algo sin duda fundamental y necesario, pero es solo uno de los vértices de un cubo mucho más complejo. No podemos hablar de reconstrucción “verde” si solo estamos hablando de transición energética, lo verde va mucho más de las energías renovables, como demuestra la biodiversidad.

Por ejemplo, tenemos que tener en cuenta que el hecho de transformar el sistema energético puede tener también impactos graves sobre la biodiversidad sino se planifica bien. La energía hidroeléctrica, los paneles solares o las turbinas eólicas pueden tener una afectación muy importante sobre la biodiversidad, como demuestran numerosos estudios, por lo que cualquier desarrollo de este tipo debe ser muy cuidadoso.

Este problema también se hace evidente en el tema de la captura de carbono, que parece una solución muy buena para la neutralidad climática y puede efectivamente ser de ayuda, pero si capturamos más carbono mediante grandes plantaciones que no se diseñan teniendo en cuenta la biodiversidad, pueden tener una afección sobre los sistemas naturales muy importantes. Lo verde no es capturar más carbono, sino hacerlo entendiendo bien las relaciones entre cambio climático y biodiversidad, que son muy complejas.

Todo esto todavía no ha entrado en la agenda política y comunicativa, como sí ha pasado con el cambio climático. Pero son dos caras de la misma moneda y no podemos estar mirando solo a una porque podemos estar fastidiando la otra. La interdependencia es total y no podemos pretender que vamos a reconstruir una economía en términos verdes si solo estamos mirando uno de los múltiples vértices del cubo.


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *





María de Maeztu Excellence Unit 2023-2027 Ref. CEX2021-001201-M, funded by MCIN/AEI /10.13039/501100011033

©2008 BC3 Basque Centre for Climate Change.