Estudio de la Universidad del País Vasco profundiza en la relación entre suelo y clima


Fuente de la publicación (EFE Verde)

La relación entre el uso del suelo y el clima “es más importante de lo que parece”, según un informe publicado por Itxaso Ruiz y María José Sanz el Centro para el Cambio Climático (BC3) de la Universidad del País Vasco que podría servir para mejorar las condiciones de vida en el Mediterráneo.

El análisis, publicado en la revista ‘Science of the Total Environment’, conecta diversos estudios elaborados sobre los cambios en el uso de la tierra a lo largo de la Historia en el área mediterránea occidental y cómo esas actuaciones humanas han influido en la disminución de las precipitaciones, ha explicado a Efe María José Sanz Sánchez, directora científica del BC3 y coautora de la investigación.

Este trabajo busca “entender los procesos por los cuales se disparan las precipitaciones” que, en el caso de la cuenca mediterránea, pueden llegar a ser de carácter orográfico hasta en un 60 % o 70 %.

Gestión adaptativa

Por ello, una “restauración inteligente” de la flora ya destruida podría recuperar al menos parte de las precipitaciones orográficas “que se producían en el pasado, cuando la cobertura vegetal era más amplia” en este caso.

Esta restauración debería comenzar en las partes más altas de los valles “donde el vapor de agua es más abundante”, mediante una gestión “adecuada y adaptada al entorno”, ya que, según Sanz, “no es malo reforestar, pero depende cómo, para así evitar grandes incendios forestales”.

Además, ha insistido a Efe en que la recuperación de los valles de la cuenca del Mediterráneo tiene que ser “un ejercicio colectivo” para lograr “soluciones integrales” a la situación actual con el concurso de “actores locales”.
Por ejemplo, “un pastor veterano de la zona conoce mejor los procesos de erosión del suelo y cómo ha influido la pérdida de lluvias, que un científico recién llegado para una investigación” y por eso es necesario contar con la población autóctona a la hora de buscar soluciones.

Las lluvias orográficas son las que se producen debido a “dinámicas atmosféricas recurrentes” achacables a fenómenos locales en los que “la vegetación tiene mucha importancia”, como por ejemplo las brisas en los valles del Mediterráneo, que mueven suficiente vapor de agua a lo largo de un relieve montañoso hasta llevarlo a un “punto crítico de carga” que da forma a las lluvias.

El estudio evidencia que fenómenos como los incendios masivos o la deforestación han modificado la cobertura vegetal disminuyendo su superficie, lo que a su vez ha provocado una pérdida de la evapotranspiración, mediante la cual “la vegetación emite el vapor de agua que finalmente forma la nube en la atmósfera”.

Estos cambios del suelo, incluyendo los procesos de desertificación, se han intensificado durante el Holoceno, la más reciente etapa geológica, debido a la actividad humana, lo que ha terminado por configurar “la climatología particular que ahora tiene el Mediterráneo”.

Situación crítica

En el caso de que no se pudiera revertir el proceso de degradación en la zona, esta experta advierte de que la climatología será progresivamente “más árida, más seca y con menos precipitaciones”.

La cuenca mediterránea “se encuentra en una situación crítica” debido al proceso de desertificación que provoca una pérdida progresiva de suelo y por ello “no podemos esperar más” para actuar.

La investigadora aspira a que, a través de éste y otros trabajos similares, “la Historia ayude a los legisladores a tomar las mejores decisiones encaminadas a restaurar” esta región, de forma que incluyan los aspectos relacionados con el ciclo hídrico y la posible recuperación de las precipitaciones.

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