“Es muy posible que la decisión de Trump ayude a que otros países muestren mayor solidaridad en sus compromisos con el clima”

Leioa – El último documento guía es de 2006 y, desde entonces, el mundo ha cambiado mucho. Tanto, que el IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático) se ha propuesto renovar la metodología para poder evaluar las emisiones de gases de efecto invernadero y, de este modo, mejorar la certidumbre científica y afinar en la orientación a las administraciones en sus políticas públicas para mitigar los efectos del cambio climático. Y lo han hecho en Bilbao, bajo el paraguas del BC3 (Instituto vasco de lucha contra el cambio climático), cuya directora, María José Sanz, insiste en la necesidad de establecer un diálogo directo, transparente y claro con la sociedad; o como apunta Kiyoto Tanabe (Japón, 1968) “traducir la ciencia a la sociedad. Todos tenemos algo en que contribuir”.

¿Por qué renovar esos indicadores? ¿Se prevé alguna novedad?

-El trabajo de este Task Force consiste en mejorar las metodologías para estimar las emisiones de gases en todos los sectores, desde la energía hasta los residuos pasando por la agricultura, los procesos industriales, la ganadería,… No se pretende empezar desde cero, sino mejorar las metodologías existentes. Y las cosas que probablemente más se mejoren sean las de los humedales y en asuntos relacionados con las emisiones fugitivas.

¿Ha dicho fugitivas?

-Sí, se trata de gases de procesos industriales. Con los años han ido apareciendo nuevos procesos.

¿Por ejemplo?

-Las pantallas planas generan unas emisiones que hay que ir recogiendo. Este tipo de cosas se mejorarán en las nuevas guías.

Tienen trabajo por delante…

-En los últimos diez años se ha progresado mucho en la utilización de sensores remotos en cobertura vegetal, bosques, cambios de uso de la tierra y eso no está incorporado a las guías de 2006 y aquí se ha mejorado muchísimo la parte metodológica.

En definitiva, tanto el IPCC como el BC3 buscan generar conocimiento, certidumbre y orientación… ¿Lo consiguen o las administraciones se muestran reticentes?

-Este grupo lo que hace es generar conocimiento, lo que permite reducir la incertidumbre y mejorar la transparencia de las estimaciones de las emisiones. En realidad, como los países firmantes del Acuerdo de París lo que buscan es eso, este trabajo probablemente sea bien recibido por los gobiernos porque les ayudará a mostrar el esfuerzo que están haciendo bajo el Acuerdo de París.

El Gobierno Vasco ha mostrado su compromiso por mantener el esfuerzo y la inversión para favorecer las energías renovables y reducir las emisiones… Desde 1990, la economía vasca ha crecido (+74%) y ha logrado, al mismo tiempo, reducir sus emisiones (-9%). ¿Podemos ser ejemplo de algo y para alguien?

-Básicamente, para poder tomar medidas ambiciosas tiene que haber un análisis detrás que muestre lo que es factible y lo que no lo es. Para alcanzar estas metas que se observan de crecimiento económico y a la par reducción de emisiones, todo apunta a que ese análisis se habrá producido y entonces es un buen ejemplo. Siempre que se cumplan esas premisas (análisis y ambición) se es un buen ejemplo para otras regiones y países. Y desde luego no es nada fácil demostrar el desacoplamiento del crecimiento económico de las emisiones.

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, quiere persuadir a Donald Trump sobre el cambio climático. ¿Cree que lo conseguirá?

-Eso es lo que me gustaría preguntarle a mi primer ministro.

Con el de Canadá se han perjurado para hacer presión…

-Esperemos que tengan suerte…

¿Y cómo es posible que en el año 2017 todavía alguien ponga en duda la existencia del cambio climático? ¿Cómo se puede ir en contra de las evidencias científicas?

-No podemos evitar que haya escépticos. Como en todo. Pero está claro que la mayoría de la gente reconoce que es un problema. Y que hay una crisis climática.

¿Otros países podrían verse empujados a seguir la decisión de Donald Trump? O, al contrario, la arrogancia de Donald Trump ¿alentará más compromisos a favor del clima?

-Es mi opinión personal, pero creo que es muy posible que ayude a que otros muestren mayor solidaridad en sus compromisos. Está claro que China, India, la Unión Europea o Japón van a continuar. A lo mejor el efecto es el contrario al que se pensaba. Puede incluso ser una oportunidad para que otras potencias tomen el liderazgo como China o India…

No hay ‘plan B’ para el Acuerdo de París. Lo han dicho en más de una ocasión. ¿Qué hacer entonces tras este jarro de agua fría ahora que se necesitaba ambición y diligencia? ¿Habrá renegociación?

-Formalmente, Estados Unidos no estará fuera hasta el 2020 (hasta el 4 de noviembre, un día después de las próximas elecciones presidenciales). Y hasta esa fecha cualquier cosa puede pasar. No puedes decir que estén fuera. Pueden rebajar sus acciones…, pero formalmente hasta 2020 no estarían fuera del Acuerdo de París.

Donald Trump es consciente de que su decisión provocará el aislacionismo de Estados Unidos, la posible salida de multinacionales, que otros países dejen de invertir allí… La pérdida de liderazgo mundial…

-Probablemente tampoco sea consciente de eso.

El cambio climático necesita una respuesta política firme y urgente…

-Por supuesto. Y si me lo permite me gustaría añadir que en los últimos años, en el contexto de la Convención del Cambio Climático, que es un acuerdo internacional entre Estados, se ha visto una tendencia a un incremento del reconocimiento de la contribución de la sociedad civil, del sector privado… No solo de los Estados. Y esto va adquiriendo más valor a pesar de que, repito, el tratado es entre gobiernos. Esto obviamente también puede ocurrir en la sociedad americana. Comentaba los buenos ejemplos de la región vasca; el esfuerzo multinivel de aquí es importante entre el gobierno regional, territorial, municipalidades…. Esa es exactamente la tendencia que hay. Que se participe cada vez más desde niveles más locales porque todos tenemos algo en que contribuir a la mitigación del cambio climático.