Open Letter edited by BC3 researchers and published by “El Correo”: “El Acuerdo de París sigue adelante, con o sin Trump”

Open Letter edited by BC3 researchers and published by “El Correo” newspaper, 7th of June 2017

 

“El Acuerdo de París sigue adelante, con o sin Trump”

MARÍA JOSÉ SANZ Y MIKEL GONZÁLEZ EGUINO
DIRECTORA CIENTÍFICA E INVESTIGADOR DEL CENTRO VASCO PARA EL CAMBIO CLIMÁTICO

La decisión del presidente de EE UU de sacar a su país del tratado contra el cambio climático es un error histórico que podría ralentizar el avance del resto de naciones.

El Acuerdo de París adoptado en diciembre de 2015 constituyó un hito en la política climática para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los 2ºC. Por primera vez, un acuerdo climático tiene un carácter universal y es lo suficientemente flexible como para adaptarse a necesidades cambiantes.El compromiso es razonablemente justo y solidario y ofrece mecanismos de financiación que pueden ser revisados. Es además creíble ya que se basa en acuerdos factibles a corto plazo que habrán de ser más ambiciosos en el tiempo.
Su éxito radica en una visión de futuro compartida por todos y lograda después de muchos años de trabajo. La decisión de Donald Trump de sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París es un error histórico que podría ralentizar el avance del resto de países. Es también un error económico que afectará negativamente a la sociedad americana si finalmente da la espalda a las nuevas oportunidades en el ámbito de las energías limpias. Y es, sin duda, un error geopolítico mayúsculo que aislará más a Estados Unidos de la esfera internacional, y que muestra a un presidente impasible ante la situación de los más desfavorecidos y del planeta.
La flexibilidad que ofrecía el Acuerdo de París y las peticiones de tantos y tantos líderes políticos, económicos, sociales e incluso religiosos hacen que esta decisión sea muy difícil de explicar de una forma racional. Estados Unidos se había comprometido a reducir sus emisiones un 26-28% para 2025 respecto a las que tenía en 2005. Según la Organización Meteorológica Mundial, el abandono de estos compromisos podría traducirse en un aumento futuro de la temperatura de hasta 0.3ºC, que habría que añadir al actual aumento de 1ºC, y que habría de ser compensado por los demás. Uno de los temores era que esta decisión generase un ‘efecto dominó’, con la retirada posterior de otros países. Sin embargo, este no se ha producido y nada hace pensar que vaya producirse en el futuro.
Los países clave como China, India o la Unión Europea han señalado que cumplirán el Acuerdo de París, con o sin Estados Unidos. Quizás lo más desconcertante de la decisión de Trump es su postura ante la ciencia del clima, que no fue siquiera mencionada en su discurso. Los recientes eventos extremos ocurridos en Asia, el deshielo acelerado en el Ártico, la subida del nivel del mar o el deterioro de los arrecifes de coral son señales inequívocas. Sin embargo, el presidente estadounidense ha preferido ignorar las evidencias proporcionadas por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático o la Agencia Americana para la Ciencia. Tampoco mencionó que su agencia de seguridad (la NSA) lleva  tiempo señalando que el cambio climático es un riesgo para la seguridad de Estados Unidos.Pero si bien la salida de su país puede retrasar los esfuerzos globales, también podría, paradójicamente, convertirse en un revulsivo. A día de hoy la lucha contra el cambio climático es vista no sólo como una necesidad sino también como una oportunidad. Las principales empresas estadounidenses (como Morgan Stanley, Microsoft, Unilever o Google) han apoyado el Acuerdo de París y muchas compañías del sector petrolífero, como BP y ExxonMobil, también lo han hecho ya que lo primero que buscan para sus inversiones es certidumbre y estabilidad. El sector financiero mundial está empezando a alejar sus inversiones de los combustibles fósiles hacia las energías limpias y, en este contexto, las energías renovables pueden proporcionar esos puestos de trabajo del futuro que ya son competitivas en muchos lugares. Afortunadamente Estados Unidos es un país plural y esta decisión federal encontrará una dura resistencia interna. Por ejemplo, los gobernadores de California, Nueva York y Washington han formado ya una coalición para continuar con sus planes de reducciones de emisiones, al igual que los alcaldes de las grandes ciudades. También estados republicanos como Florida han mostrado su desacuerdo. Ante la situación de nuestros colegas americanos, nos sentimos afortunados de poder contribuir con nuestra investigación desde Euskadi. Esta semana, por ejemplo, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático se reunirá en Bilbao con el objetivo de mejorar las directrices para medir las emisiones y mejorar el seguimiento del Acuerdo de París. El encuentro, al que asistirán más de 190 expertos de todo el mundo, ha sido organizado por el BC3 y cuenta con la colaboración del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco, la Universidad del País Vasco y la Oficina Española de Cambio Climático. Aunque Trump nos lo está poniendo más difícil, no es imposible. Las oportunidades que se presentan para nuestra sociedad y nuestro planeta son también formidables. Nos unimos a las palabras del presidente de Francia, Emmanuel Macron, : «Let’s make our planet great again» («Hagamos este mundo grande otra vez»).

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